La vida corre rápido, de un momento a otro volteas hacia atrás y te das cuenta que llevas 3 meses en un país donde no te has sentido extranjera, donde la comida es tan rica que olvidas por instantes los tacos y donde la gente llega a ser tan amable que se convierten en tu familia. Nuestros amigos Caleños nos dieron la última dosis de amor Colombiano para preparar el cruce hacia el ombligo del mundo.
La ruta continuaba acercándonos poco a poco a Ecuador, nuestra fecha de salida estaba muy próxima, el vochito avanzaba a un ritmo muy lento y los pesos colombianos se acababan. Así que Gus y yo acordamos ir directo con los bomberos e intentar dormir ahí para ahorrarnos los últimos pesos que traíamos con nosotros. Nos acercamos con los bomberos, pedimos permiso y de un momento a otro teníamos a Edwin con nosotros platicando y ofreciéndonos su casa para descansar.
A pesar de que Popayán es hermoso, solo pudimos pasar unas cuantas horas en el centro y seguimos el camino hacia Pasto.
El clima se iba haciendo cada vez más frío, la carretera no era la mejor y en una subida a pocos kilómetros de llegar a Pasto sucedió lo de siempre, el Poderoso no quiso avanzar y se apago…Dejamos el estrés a un lado, pensamos en que tal vez el vochito solo estaba cansado y después de varios minutos le dimos chispa y como por arte de magia volvió a prender.. Esta vez sabiendo que estábamos tan cerca decidimos ya no apagarlo en ningún momento hasta llegar con los bomberos de Pasto.Cuando por fin llegamos a la estación de Bomberos dejamos descansar al Poderoso y mientras nosotros nos hacíamos bolas intentando acomodarnos para dormir dentro del carro.Tocaba la hora de dejar Pasto, estábamos ya muy cerca de cruzar frontera así que nos levantamos muy temprano, arreglamos las cosas para que ese día fuera el inicio de un nuevo país, pero como nos suele suceder, las cosas siempre se dan cuando el Poderoso tiene ganas y esta vez no tenía ganas, simplemente no quiso dar marcha, afortunadamente ahí había un mecánico de los camiones de Bomberos que nos echo la mano y nos arreglo el carro para poder irnos..El día se comenzó a tornar oscuro y empezó a llover, una de nuestras reglas es no manejar si el día no pinta bien así que para no arriesgar pospusimos la frontera un día más y tuvimos que dormir en Ipiales.El último día en nuestra Colombia visitamos el famoso Santuario de las Lajas y nos despedimos del bello país que nos hizo tan felices en estos tres meses…Y así dimos inicio a Ecuador el país más verde que he visto en mi vida….