Comenzó la Mañana con cafeína barata, era el día de ir a Bacalar acompañados de Paco nuestro anfitrión de Chetumal, su Mamá, Ricardo y su hijo Aeon que se hospedan con nosotros y claro nosotros los Nomadarte.

Bacalar queda a 38 Kilómetros de Chetumal, el camino es recto, amplio y tranquilo. Si no tienes automóvil, otra opción es tomar un taxi desde Chetumal que tiene un costo de aproximadamente $30-50 pesos. En fin..llegamos a Bacalar, el agua es tranquila y de azules diversos por eso es llamada la Laguna de los 7 colores, tomamos algunas fotos y nos dirigimos hacia el fuerte San Felipe ya que en épocas antiguas Bacalar era atacada por los piratas que querían arribar a la laguna.

Salimos del auto y antes de entrar al fuerte de San Felipe  nos percatamos que  la «bolsa negra» ya no estaba en la parte superior del bocho, en su lugar solo unos cuantos cinchos desinflados, como si desde el principio no tuvieran disposición de sujetar la bolsa negra, intercambiamos miradas por unos segundos sin decirnos nada mientras yo miraba: Memo… Cynthia… el fuerte… bocho… Memo… cinchos… Cynthia… parrilla… fuerte…cinchos…parrilla…

En ese instante Memo levanto los hombros y rompió el silencio diciendo:

-Vamos a buscarla

Mientras  un aspaviento salía de su rostro , encendimos «el poderoso» con camino de regreso en busca de la bolsa negra, acelere y virábamos la cabeza de un lugar a otro como si de un juego de ping-pong se tratase, chistiamos no se si 10 o 15 veces, acompañadas con las clásicas palabras que respaldan y le dan sentido a los chisteos

– Chale!!, -Ojala la encontremos, – ¿Como fue?, pasamos algunos metros y las leyes de murphy  empezaron a cumplirse una a una

1. No hay situación que no pueda empeorar.

No podíamos creer que mientras  avanzábamos  las calles estaban llenas de bolsas negras pues el camión de la basura no pasaba todavía,  para la vista  y  sospecha  todas eran nuestra «bolsa negra» así que teníamos que descartar una por una, nos bajábamos del auto mientras  olfateábamos, abríamos, pateábamos las bolsas negras  y seguíamos avanzando mientras repetíamos la operación con cada bolsa negra que se ponía a nuestra vista. Al ver que no teníamos éxito  decidimos salir a la carretera de regreso a Chetumal  con la esperanza de verla en el camino, seguíamos virando la cabeza de un lugar a otro. Pasamos algunos kilómetros y nos deteníamos de vez en vez sin tener éxito, comencé a sentir un poco de estrés así que como siempre intente evadirlo cantando. Se me ocurrió cambiar la letra de la canción «la puerta negra- de Los tigres del norte»   a manera de sarcasmo y para  animar a Memo, comencé…  ♪ ♫ Yaaa esta amarrada la bolsa negraaaaaaaaa y remachada con tres candados ♪ ♫… pero la bolsa no es la culpable….  mientras movía la cabeza para darle ritmo a la tonada.

        201. La forma más rápida de encontrar una cosa es ponerse a buscarla en cualquier otra parte menos donde debería estar. Pero sólo si lo haces así hasta la desesperación, estará en su lugar.

Nos encontrábamos en las orillas de  Chetumal  de regreso a Bacalar y la bolsa no aparecía …  para entonces Memo y yo ya cantábamos juntos como dueto, nuestro repertorio era amplio e  inventábamos canciones de todos los géneros todas con temática de la bolsa negra.

En la carretera nos parábamos para ver cualquier cosa que pareciera plástico negro, encontramos maletas destruidas, gorras y mucha, muchísima basura.

Al final llegamos a  Bacalar sin éxito  y con las caras largas, nos encontramos con los demás en el restaurante «Los Aluxes», nos preguntaban sobre la bolsa negra -¿la encontraron?,-¿apareció?, pero nuestras caras lo decían todo, nos sentamos y pedimos de comer, al poco tiempo nos animamos con la charla y olvidamos el tema de la bolsa, mientras Ricardo nos contaba su niñez y con su súper poder de estiramiento de piel todos reíamos al verlo.

Terminamos de comer y era hora de irnos Cynthia y yo decidimos quedarnos a acampar mientras que Memo quiso regresar a Chetumal diciendo que mañana nos recogería muy temprano para ir a Calakmul.

Instalamos la casa de campaña, metimos nuestras cosas y nadamos un poco, tome unas fotografías antes de que se metiera por completo el sol, compramos unas cervezas y nos sentamos en una banca a la orilla de la laguna a disfrutar de sus azules y el cielo estrellado, éramos los únicos en el lugar, platicamos, tocamos el ukulele mientras inventábamos canciones de las estrellas y la laguna, al poco tiempo nos fuimos a dormir.

-Aquí esta la bolsa!!!! dijo Memo, me baje del carro mostrando mis dientes y con los ojos bien abiertos -NETA!!!!, la abrió estaba todo, nos vimos el uno al otro -A HUEVOO!!!, -Te dije ley de la atracción,  solo hay que proyectar las ideas al espacio, -A huevoo!!!!, metimos la bolsa negra dentro del «Poderoso» mientras memo la sostenía entre sus manos, acelere  y la bolsa comenzó a inflarse, al principio no le di importancia quería llegar a Bacalar y contarle a todos que la habíamos encontramos así que acelere, al poco tiempo Memo me dijo -Que pedo con esta madre no puedo sostenerla se esta inflando párate!!!!, yo seguí acelerando -PARATE!!!!,  no lo escuchaba pues el aire entraba por la ventana y solo veía sus labios que me gritaban, la bolsa se seguía inflando ya no se lograba ver para afuera, Memo ya no se veía, y grite -va explotar!!!!!  mientras se desprendían unos cuervos negros PUMMM…. Desperté en Bacalar en la casa de campaña, mientras pensaba en el contendió de la bolsa negra y la ley de Murphy 103. Encontrarás lo que buscabas cuando hayas comprado otra cosa igual; así que probablemente mañana entremos a un Walt-Mart y le preguntemos a los despachadores -¿Aquí vendes lo que tenia la bolsa negra.? con la esperanza de inexplicablemente encontrarla en nuestro camino a Belice o en definitiva resignarnos y pensar que hicimos feliz a alguien con nuestras cosas.