El Caribe de Sudamérica
“No vayas a creer lo que te cuentan del mundo (ni siquiera esto que estoy contando) ya te dije que el mundo es incontable” -Mario Benedetti
Estábamos en Cartagena cuando Gus me convenció en hacer el mismo recorrido que el había hecho hace cuatro años hasta Cabo de la Vela, me contaba lo hermoso e inhóspito que era ese mar con desierto. Así fue como decidimos recorrer toda la costa de Colombia para llegar a La Guajira.
Normalmente nosotros no tenemos ni idea de las distancias que hay en los países a los que llegamos, estuvimos mucho tiempo en Centroamérica donde si te lo proponías podías cruzar frontera en pocas horas, allá podíamos recorrer varias ciudades en un día y podíamos ir de este a oeste tranquilamente.
La cosa no es igual en Colombia, el día de hoy puedo asegurar que este país es MUY GRANDE. Gus preparó una ruta hacia Cabo de la Vela, supimos el camino que había que tomar y Google Maps nos arrojo un tiempo estimado: 12 hrs de viaje equivalente a 545 km, que traducido a horas vocho significaban DÍAS por lo tanto había que hacer varias paradas para descansar.Les advierto que esta aventura no fue ni corta ni fácil, por el contrario resultó ser ETERNA y con contratiempos incontables….
Dejamos Cartagena con destino a Barranquilla, fueron 120 kilómetros que nos costaron 10 dólares en peajes, no teníamos idea que esto solo sería el principio de un trayecto donde tendríamos que desembolsar mucho dinero más para llegar hasta nuestro objetivo.
Llegamos a Puerto Colombia, allí nos iba a esperar Alfonso un chico de couchsurfing que se convirtió en un muy buen amigo, nos quedamos de ver en esa famosa playa donde él nos mostró el histórico muelle de 1 kilómetro de largo…De camino a la ciudad pasamos por el Castillo de Salgar que fue un fuerte español muy importante y que aún conserva una vista espectacular…Y en el camino paramos a comer un delicioso pescado con arroz de coco.
Cuando llegamos a la ciudad de Barranquilla pudimos ver unos señalamientos muy peculiares y que claramente solo existen en ese lugar… ¡Arroyo Peligroso!Alfonso nos platicaba que cada vez que llueve en Barranquilla, lo mejor era quedarse en casa y alejarse de determinadas calles, porque inmediatamente se empiezan a formar unos arroyos, literalmente ARROYOS que desembocan en el Río Magdalena y se llevan todo lo que encuentran a su paso, desde automóviles hasta personas. Así que lo mejor es evitar circular por esas zonas cuando comienza a llover.
Al día siguiente avanzamos hacia Santa Marta, fueron otros 102 kilómetros con paisajes sorprendentes y otros 10 dólares que los peajes quitaban a nuestro presupuesto
Llegamos a Santa Marta con un atardecer sorprendente…En esta bella ciudad nos hospedo Fabricio y su familia, personas increíbles que nos hicieron sentir como en casa.Santa Marta resulta ser un punto muy importante en Colombia, tiene playas como El Rodadero, Taganga y esta muy cerca del famoso Parque Tayrona, así que decidimos quedarnos unos días para poder visitar lo más que pudiéramos, después de sacar algunas cuentas de dinero y pensar bien la ruta optamos por visitar Taganga e irnos directo hasta Cabo de la Vela y ya viendo nuestra economía a nuestro regreso podríamos pasar al Parque Tayrona.
No se habló más y eso fue lo que hicimos, tomamos una «chiva» y salimos rumbo a Taganga, en este pequeño recorrido íbamos tomando un mate q recién habíamos conseguido, fue así como un señor le dijo a Gus «Argentino» y Gus dijo ¡No, Mexicano, pero me gusta el mate! ¿Gusta uno? El señor Guillermo inmediatamente dijo que si! Y así fue como conocimos a esa pareja hermosa de Argentinos, platicamos de inicio a fin, y como íbamos hacia la misma playa caminamos juntos, llegando a Taganga continuamos con la plática, fuimos a comer juntos y fue hasta el bus de regreso donde nos despedimos…. Prometimos ir a visitarlos a su ciudad Comodoro Rivadavia así que pronto cuando estemos en Argentina los volveremos a ver.Fue tan buena la plática que tuvimos con ellos que de Taganga puedo hablar muy poco, me quedo con su atardecer y su vista desde las alturas.
Ese fue nuestro último día en Santa Marta estábamos listos para llegar a La Guajira, nos despedimos de Fabricio y arrancamos a la aventura más cansada que hemos vivido.
No teníamos idea de la bienvenida que la vida nos tenía a la ruta en Sudamérica…..